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Preguntas Frecuentes

En esta sección podrá encontrar una serie de preguntas que intentarán resolver algunas de sus dudas. Presione sobre la pregunta que desee conocer más información. Si tiene alguna otra consulta, no dude en solicitar un turno y evaluaremos su caso de manera particular y le brindaremos la información que necesite.

Infertilidad es la imposibilidad de lograr un embarazo después de intentarlo durante un año. Impotencia o disfunción eréctil es la imposibilidad de lograr o mantener una erección. Con respecto a la eyaculación precoz, es más difícil de definirla pero en general se la describe como la eyaculación ante la mínima estimulación y antes de que la persona lo desee, en forma recurrente. En algunos hombres estas condiciones pueden estar relacionadas y ocurrir al mismo tiempo o pueden hacerlo en forma independiente de la otra. Por ejemplo los hombres que tienen problemas de fertilidad pueden tener su potencia sexual conservada y los hombres que tienen disfunción eréctil pueden ser fértiles.
La urología es la especialidad que se ocupa de los problemas genitourinarios mientras que la andrología es una subespecialidad que se ocupa de los problemas de fertilidad y disfunción sexual masculina. La mayoría de los urólogos generalistas tienen solo un conocimiento y entrenamientos básicos en el tratamiento de la infertilidad masculina. Los andrólogos se ocupan específicamente de los trastornos de la fertilidad masculina, de los desordenes del tracto reproductivo y de la microcirugía. Gran parte de las cirugías realizadas para tratar los problemas de fertilidad necesitan ser realizadas con un microscopio quirúrgico con la finalidad de obtener mejores resultados. Para realizar técnicas de microcirugía se requiere una habilidad que lleva mucho tiempo y constancia para perfeccionarla y mantenerla. En síntesis es conveniente que el paciente que desea consultar por un problema de infertilidad se asegure de consultar a un andrólogo para evitar así pérdidas de tiempo, análisis innecesarios y asegurarse los mejores resultados posibles.
La vasectomía se puede revertir realizando una microcirugía que una los dos cabos del conducto deferente que previamente fue seccionado y ligado. Los resultados de esta cirugía son variables y dependen en parte de los años pasados desde que se realizó la vasectomía hasta el momento de su reversión.
Las dos opciones, reversión de la vasectomía y la recuperación de espermatozoides testiculares por punción para un posterior tratamiento de in vitro (ICSI) son buenas alternativas para ser padre después de una vasectomía. Cada una tiene ventajas y desventajas. En el caso de la reversión de la vasectomía se requiere de un único procedimiento en el hombre y las parejas pueden luego intentar lograr un embarazo cada mes y en forma natural. Por el otro lado un ICSI implica que a ambos, hombre y mujer, se les realizará un procedimiento y a la mujer además se la estimulará con medicación. Una ventaja del ICSI es que posiblemente las parejas puedan lograr un embarazo mas rápido que con una reversión de vasectomía. Se recomienda realizar un ICSI con espermatozoides recuperados del testículo cuando se anticipa que la reversión de la vasectomía será muy dificultosa, cuando la mujer tiene una edad avanzada desde el punto de vista reproductivo, o cuando además hay factor femenino contribuyendo a la infertilidad de la pareja. En resumen, las circunstancias de cada pareja son únicas y necesitan ser determinadas en forma individual. El objetivo debe ser asistir a las parejas a lograr un hijo más allá del camino que ellas elijan.

Luego, evaluar los posibles problemas psicológicos que influyen en la génesis y evolución de la disfunción sexual como los factores diádicos, conocer la relación conyugal tanto en lo sexual como no sexual porque de la interacción de la pareja dependerá el éxito del tratamiento. Factores individuales, la timidez, la falta de experiencia, la inseguridad, el sentimiento de culpa, falta de estímulo suficiente para el acto sexual, causas profundas intrapsíquicas, estados depresivos, mitos, orientación homosexual son otros factores que influyen en la erección No dejar de lado que estamos insertos en el mundo y nuestra sexualidad es afectada por causas ambientales, familiares, laborales, por el pasado y el futuro provocando estrés y ansiedad.
Se ha demostrado en animales que el calor excesivo aplicado en los testículos disminuye la producción de espermatozoides. Sin embargo cuando se evita el calor excesivo durante varios meses la producción de espermatozoides vuelve a la normalidad. La producción de espermatozoides es un proceso que requiere de aproximadamente 3 meses (es el tiempo que les lleva a los espermatozoides ser producidos y llegar al eyaculado). Como consecuencia cuando cambia algún factor que altera la producción de esperma se debe esperar 3 meses como mínimo para notar algún cambio en la calidad y cantidad.

Si bien es cierto que temperaturas excesivamente altas como las que se producen cerca de los hornos (el caso de los que trabajan en la industria metalúrgica o panadera) disminuyen la producción de esperma, en el caso de la ropa interior ajustada no ha sido científicamente demostrado que esta eleve la temperatura escrotal por lo que se cree que no habría ningún efecto negativo en la fertilidad.
La masturbación no difiere de un coito normal en el sentido de que un orgasmo causa una eyaculación. Sin embargo cuando se está preocupado por la fertilidad se recomienda no practicar la masturbación cerca del periodo fértil de la mujer. En teoría esto puede disminuir la reserva de espermatozoides en individuos con una baja, o entre normal y baja cantidad de espermatozoides y así reduciría la calidad del semen en el momento donde se necesita la mejor calidad posible, que es cuando la mujer está ovulando. Mas allá de esto, la masturbación no provoca una alteración a largo plazo en los testículos.
En el hombre, algunas enfermedades de transmisión sexual pueden provoca síntomas irritativos en el momento de la enfermedad activa. Pero posterior al periodo agudo no son frecuentes los problemas de fertilidad a largo plazo. Sin embargo hay que tener en cuenta que enfermedades venéreas no tratadas pueden causar infecciones en algunas de las estructuras sexuales, tal como el epidídimo o el conducto deferente (el conducto que conduce a los espermatozoides desde el testículo). Si estas estructuras se infectan por ejemplo, con gonorrea o clamydia (gérmenes de transmisión sexual comunes) el resultado puede ser una cicatriz que obstruya el conducto que transporta a los espermatozoides, afectando de esta manera la fertilidad.
La mayoría de los lubricantes utilizados durante el acto sexual tienen un efecto tóxico en los espermatozoides por lo que es conveniente evitarlos. Esto puede ser un problema si la mujer habitualmente tiene una baja lubricación durante la estimulación sexual encontrando el sexo sin lubricantes como no confortable. En estos casos si se van a usar lubricantes deben ser usados con moderación.
La frecuencia de relaciones sexuales debería ser la que la pareja considere como la más agradable. Sin embargo, durante el momento del mes en que sucede la ovulación la frecuencia más ventajosa es tenerlas cada 48 hs. La razón de este intervalo es que los espermatozoides viven aproximadamente 48 hs. dentro del aparato reproductivo femenino y el óvulo tendrá la posibilidad de ser fecundado durante 12 a 24 hs. Las relaciones cada 48 hs. mantienen esperma a lo largo del curso de las trompas uterinas listo para contactar al óvulo que va descendiendo desde los ovarios hacia el útero.
El grupo de drogas o sustancias que al ser ingeridas o estar presentes en el ambiente producen daño en los espermatozoides son conocidas como gonadotoxinas. Las drogas que pueden afectar la producción de espermatozoides son entre otras el alcohol, el tabaco, la marihuana, los esteroides anabólicos (usados con fines deportivos) y algunas preparaciones como la azulfidina (utilizada para enfermedades del intestino). Sin embargo si estas sustancias se suspenden la producción espermatozoides podría retornar a lo normal dentro de 3 a 6 meses. El problema con sustancias como el alcohol o la marihuana es que no se sabe con certeza a que nivel pueden ser ingeridos sin afectar la producción de espermatozoides. Como consecuencia el uso de estas sustancias debería ser minimizado durante el tiempo en que la pareja está intentado lograr un embarazo.
La calidad del semen cambia día a día, semana a semana y mes a mes. También hay algunas variaciones en las técnicas de laboratorio utilizadas que pueden resultar en diferencias en la evaluación de la calidad del semen entre un laboratorio y otro. Es importante destacar que es fundamental la experiencia del técnico que analiza la muestra, sobre todo para definir los criterios morfológicos de normalidad de los espermatozoides. Por esto lo recomendable es realizar estos estudios en laboratorios especializados en andrología.

Debido a las variaciones antes mencionadas conviene realizar como mínimo dos espermogramas e incluso un tercero si hubiera muchas diferencias entre los dos primeros. Todas las muestras deben ser tomadas con la mínima variación posible, por ejemplo: con 48 hs. de abstinencia sexual (como mínimo) y no mas de una hora y media desde que se tomó la muestra hasta que se deja en el laboratorio para su procesamiento.
No es infrecuente para el hombre tener algún ardor durante la primera micción posterior a una eyaculación. Esto es el resultado de la fricción desarrollada a lo largo de la uretra durante el acto sexual o la masturbación. Cuando la orina pasa por la uretra crea la sensación de ardor. Esto no debe ser considerado un signo de enfermedad activa ni un indicador de lesión. Sin embargo si el ardor persistiera en ausencia de eyaculación o de contacto sexual, hay que descartar una infección.
El eyaculado visible es una combinación de lo producido por los testículos, la próstata y las vesículas seminales. Las últimas dos son glándulas sexuales accesorias. En el momento de la eyaculación, el fluido seminal es similar a un gel y lo normal es que se licue dentro de 5 a 30 minutos. Durante este proceso el eyaculado puede aparecer con pequeños coágulos. Esto no es anormal y no debería considerarse que hay una enfermedad.
Las posiciones durante el coito no deberían afectar adversamente la fertilidad ni el subsiguiente embarazo. La pérdida de parte del semen desde la vagina es algo que experimentan muchas mujeres después de la relación sexual y no es un indicador necesario de que se está perdiendo suficiente semen como para no lograr un embarazo.

Sin embargo es una buena idea, si la fertilidad fuera una preocupación, minimizar la pérdida de semen y maximizar su contacto con el cuello uterino. Esto se logra mejor si la mujer se recuesta de costado con sus rodillas sobre su pecho después de haber mantenido una relación sexual. Esta posición fuerza al cuello uterino hacia abajo, hacia el lago de semen que se ha creado en el fondo de la vagina. También ayuda que la mujer minimice los viajes al baño posteriores a la relación sexual, orinando previo a la relación. La sensación de tener ganas de orinar posterior a una relación sexual es usualmente causada por la irritación de la uretra, lo cual es normal y debería pasar simplemente con la espera.
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